Borondeando


Nosotros

Somos una familia que disfruta de muchas cosas en la vida: viajar, reír, compartir buenos momentos… pero si hay algo que nos une con una fuerza casi sobrenatural, eso es comer. Y no solo comer por comer, no, comer bien, con ganas, con mimo y, si puede ser, con un buen postre al final (porque si no hay postre, ¿realmente fue una comida?).

Nos gusta tanto que hemos convertido cada reunión familiar en una auténtica jornada gastronómica. No importa si es una comida improvisada o un festín planeado al milímetro, siempre hay alguien cocinando un plato casero para los demás o, en su defecto, apareciendo con un bollo artesanal rescatado de algún pueblecito perdido en el mapa.

Porque sí, nos unen muchas cosas, pero cuando se trata de comida, nuestros lazos se multiplican y se refuerzan como una buena masa madre. Somos Borondos, y por eso Borondeamos. Y si hay algo seguro, es que cada vez que nos sentamos a la mesa, estamos Borondeando con todas las de la ley. ¡Buen provecho! 🍽️😋

Buen Gusto

Sí, lo admitimos: tenemos buen gusto. No es por echarnos flores (bueno, un poquito sí), pero después de tantos años cocinando, explorando restaurantes, catando platos por aquí y por allá, y disfrutando de esas comilonas en casa de la familia donde nadie se queda con hambre, podemos decir con total seguridad que sabemos lo que es bueno.

Hemos desarrollado un radar gastronómico que rara vez falla. ¿Que alguien nos pide una recomendación para comer? Acertamos. ¿Que nos ponen un plato delante? Lo analizamos con criterio y, si es una delicia, lo proclamamos a los cuatro vientos. Porque sí, somos de los que disfrutan cada bocado, de los que cierran los ojos cuando algo está de rechupete y de los que pueden debatir sobre el punto exacto del arroz en una paella como si nos fuera la vida en ello.

Así que, si os fiáis de nuestro paladar experto, preparaos para descubrir sitios y recetas que no os van a fallar. Y si no, bueno… siempre podéis arriesgaros, pero luego no digáis que no os avisamos. 😏🍽️

Somos Comilones

Es cierto, no vamos a negarlo: comemos mucho y con entusiasmo. No es gula, es pasión. Nos gusta todo lo bueno, y si hay opción de repetir, se nos ilumina la cara como si hubiéramos ganado la lotería. Porque aquí no somos de esos que comen «lo justito»; somos de los que disfrutan de la comida como se merece: en cantidad, con alegría y con la firme convicción de que siempre es mejor que sobre a que falte.

De hecho, cuando vamos a comprar, llevamos incorporado el modo «por si acaso». ¿Que es para la comida? Sí, pero también para la cena, para mañana, para el tupper del trabajo y, quién sabe, igual hasta para un antojito nocturno. Y es que pocas cosas nos generan más angustia que ver un plato escaso, de esos que parecen más una obra de arte minimalista que una comida en condiciones.

Nada nos entristece más que sentarnos a la mesa y encontrarnos con una presentación que grita “hambruna”, como esas dos tristes anchoas en el plato, colocadas en posición de reloj marcando las dos y diez, con un cogollo de Tudela en el centro como si fuera el protagonista de una película de suspense. ¡No, por favor! Nosotros queremos abundancia, generosidad en el plato y esa satisfacción absoluta de acabar una comida pensando: «Uf, no puedo más… pero qué rico estaba todo».

Porque aquí, señoras y señores, se come bien, se come mucho y se come con ganas. Y que nadie nos quite ese placer. 😋🍽️

Una noche de cena en Juan Raro.
Barceló Teguise Beach. Lanzarote

Disfrutamos de lo lindo

Hay gente que se emociona cada vez que pisa un centro comercial, como si el paraíso se hubiera materializado en forma de tiendas de ropa, jarrones (porque ¿quién no necesita 37 jarrones?) y aspiradoras de última generación, o vaya a saber qué cosa más. Pero nosotros, los auténticos exploradores del buen comer, tenemos un radar infalible para detectar las tiendas gourmet más cercanas. Olvídense de esas secciones de moda o gadgets; nosotros nos lanzamos directamente a la caza y captura de aceitunas raras, esas que te hacen sentir como un verdadero sibarita, o de puestos con anchoas del Cantábrico que hacen cantar a los dioses del mar.

Y no nos quedamos ahí, no señor. Si hay quesos de Canarias, nuestra misión es más que clara: ¡a comprarlos! Es un deber moral para con la gastronomía y con nuestros estómagos. Porque, seamos honestos, ¿quién necesita ropa cuando se puede tener un surtido de quesos que hace salivar hasta a los más indiferentes?

Y cuando llega el momento de irnos de vacaciones, no basta con alojarse en cualquier sitio. No, no. Nosotros buscamos esos lugares donde la comodidad está garantizada, porque si hay algo que valoramos más que una buena anchoa, es tener una cama donde realmente descansar sin sorpresas. Y claro, como somos tan generosos (y tan aficionados a las buenas experiencias), decidimos compartir todo esto con vosotros, para que, al igual que nosotros, podáis disfrutar del arte de comer bien y dormir aún mejor. ¡Viva el turismo gourmet!

🧡 “Gracias a VC Estudio Web, Borondeando es hoy una web viva, clara y acogedora. Captaron nuestra esencia desde el primer momento y la convirtieron en una experiencia digital con sabor casero y auténtico.”
Borondeando