Cómo hacer Costillas de Cerdo en Olla Exprés: Receta fácil, sabrosa y lista en menos tiempo
Las costillas de cerdo en olla exprés son una receta clásica que nunca falla: sabrosas, tiernas, con una salsa que invita a mojar pan sin parar, y lo mejor de todo, listas en mucho menos tiempo del que te imaginas. Si buscas una receta casera, con ingredientes sencillos y al alcance de cualquiera, pero con un resultado de restaurante, has llegado al lugar adecuado.
En esta receta de Borondeando te explicamos paso a paso cómo preparar unas costillas que se deshacen en la boca, con patatas, cebolla en juliana y un toque de vinagre que aporta profundidad y un sabor irresistible. ¡Una receta ideal para preparar en familia, para llevar al trabajo en tupper o para darte un buen homenaje entre semana!
Ingredientes para 4-6 comensales
Para esta receta necesitarás los siguientes ingredientes:
- 1,2 – 1,5 kg de costillas de cerdo troceadas
- 2 cebollas grandes
- 2-3 patatas medianas (partidas por la mitad)
- Granos de pimienta negra al gusto (entre 8 y 12 granos)
- 1 buen chorro de vinagre (unos 60-80 ml)
- Sal al gusto
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Agua (la cantidad varía según quieras una salsa más o menos abundante)
- Opcional: hoja de laurel o una ramita de romero fresco para aromatizar
Utensilios necesarios
- Olla exprés o olla rápida
- Cuchillo afilado
- Tabla de cortar
- Espumadera o cucharón
- Fuente o bandeja para reservar las costillas
Paso a paso: cómo preparar costillas de cerdo en olla exprés
1. Sella las costillas para potenciar el sabor
Empezamos calentando un fondo de aceite de oliva virgen extra en la olla exprés (sin tapar). A fuego fuerte, incorpora las costillas de cerdo, previamente saladas, en tandas si es necesario. Sella bien por ambos lados hasta que estén doradas. Este paso es esencial para que la carne quede jugosa y la salsa se llene de sabor.
Una vez doradas, retíralas y resérvalas en una fuente. No limpies la olla: ahí está todo el sabor del sellado.
2. Pochar las cebollas en juliana
Mientras se sellan las costillas, puedes ir cortando las cebollas en juliana (es decir, en tiras finas). Aprovecha los jugos que han quedado en la olla tras el sellado para pocharlas.
Baja el fuego a medio y añade las cebollas. Pocha lentamente, removiendo de vez en cuando, hasta que empiecen a estar tiernas y transparentes, pero sin llegar a caramelizarse del todo. Recuerda que terminarán de cocinarse en la olla exprés, así que este punto semihecho es perfecto.
3. Añade las costillas, el vinagre y deja que reduzca
Cuando las cebollas estén en su punto, reincorpora las costillas selladas a la olla. Añade un buen chorro de vinagre (puede ser de vino, de Jerez o incluso balsámico, según tu gusto). Este toque ácido ayuda a desglasar el fondo de la olla y aporta una profundidad maravillosa al guiso.
Remueve todo bien durante unos minutos, dejando que el vinagre reduzca y se evapore el alcohol. Notarás cómo cambia el aroma: en ese momento sabrás que está listo para continuar.
4. Incorpora las patatas y las especias
Lava y pela las patatas, córtalas por la mitad y añádelas a la olla. Después, incorpora los granos de pimienta negra (puedes ponerlos enteros para un sabor más sutil o machacarlos ligeramente si te gusta más intenso).
Agrega sal al gusto y, si lo deseas, una hoja de laurel o una ramita de romero fresco para aromatizar.
5. Cubre con agua (pero no en exceso)
Este punto es importante: añade agua hasta cubrir ligeramente los ingredientes, pero no te excedas si no quieres una salsa muy líquida. Piensa que las costillas soltarán también sus jugos y que la olla exprés no evapora apenas líquido. Si prefieres un plato más caldoso, puedes añadir un poco más de agua.
6. Cocina en la olla exprés
Cierra la olla y cuécelo todo durante unos 20-25 minutos a partir de que suba la válvula (o según las instrucciones de tu modelo de olla exprés para carnes). El tiempo puede variar un poco según el grosor de las costillas y el tamaño de las patatas.
Cuando termine el tiempo, espera a que la olla pierda la presión de forma natural o acelérala si tienes prisa, según tu experiencia con este tipo de utensilios.
7. Rectifica y sirve
Abre la olla con cuidado. Comprueba el punto de cocción: las costillas deben estar tiernas y jugosas, y las patatas cocidas pero sin deshacerse. Si la salsa está muy líquida para tu gusto, puedes dejarla reducir unos minutos más con la olla destapada a fuego medio-alto.
Rectifica de sal si es necesario y ¡listo para servir!

Trucos y consejos para que te salgan de 10
- Sella siempre la carne antes de guisarla: ganarás en sabor y textura.
- Elige costillas carnosas y con hueso, que aportarán más sabor al caldo.
- Si prefieres una versión sin patatas, puedes sustituirlas por boniato, calabaza o incluso unas verduras de temporada como zanahorias o coliflor.
- El vinagre de Jerez es el que mejor queda para esta receta, aunque puedes usar de vino blanco o de manzana si buscas un sabor más suave.
- Añade un toque de pimentón dulce justo antes de cerrar la olla si quieres un toque más ahumado.
- ¿Picante? Prueba a añadir una guindilla seca durante el pochado de la cebolla.
Qué vino acompaña mejor unas costillas de cerdo guisadas
Estas costillas caseras, con su salsa sabrosa y profunda, combinan a la perfección con un vino tinto joven o de media crianza. Te recomendamos:
- Ribera del Duero joven: su frescura equilibra la intensidad de la carne.
- Garnacha de Madrid: afrutado, ligero y perfecto para mojar pan sin pesadez.
- Tempranillo riojano: clásico y redondo, ideal para acompañar este tipo de guisos.
Si prefieres algo diferente, un cava brut nature frío puede aportar un contraste delicioso, cortando la untuosidad del plato con su burbuja fina.
¡No te olvides del pan!
Pocos platos invitan tanto a mojar pan como estas costillas. La salsa que queda tras la cocción es espesa, sabrosa y con un equilibrio perfecto entre dulzor, acidez y el fondo umami de la carne.
Para acompañar, te recomendamos:
- Pan de masa madre con corteza crujiente
- Chapatas artesanas
- Pan gallego o candeal si prefieres algo más denso
No escatimes: esta receta pide pan a gritos.
¿Sobra algo? ¡Hazte un tupper de lujo!
Si te sobra comida —y ojalá sea así—, guarda las costillas y las patatas con su salsa en un tupper hermético. Este guiso mejora con el reposo, por lo que al día siguiente estará incluso más rico.
Llévalo al trabajo o disfrútalo en casa calentándolo en un cazo a fuego lento. También puedes aprovechar la salsa sobrante para acompañar un arroz blanco, unos macarrones o incluso como base para otra carne.

Variantes para acompañar tus costillas de cerdo
Aunque las patatas guisadas son el acompañamiento perfecto, si quieres dar un giro o aligerar el plato, prueba estas ideas:
1. Con arroz blanco
El arroz absorbe la salsa y transforma el plato en un guiso más ligero. Ideal si quieres una comida menos contundente.
2. Con puré de patatas o boniato
El toque cremoso del puré encaja de maravilla con las costillas y la salsa espesa. Puedes añadir un toque de mantequilla y nuez moscada.
3. Con ensalada verde
Para equilibrar el plato, acompáñalo con una ensalada fresca de lechuga, rúcula y cebolla morada aliñada con vinagre suave.
4. Con verduras asadas
Zanahorias, calabacines, pimientos… todas funcionan bien si las asas al horno con un poco de aceite y sal. Una guarnición colorida y saludable.
Valor nutricional aproximado por ración
Aunque es una receta generosa y contundente, no es excesivamente calórica si controlas la cantidad de aceite y eliges un buen corte de costilla.
- Calorías: 480 – 550 kcal por ración
- Proteínas: 30 g
- Grasas: 25 g (la mayoría procedente del cerdo)
- Hidratos: 25 g (de las patatas y cebolla)
Conclusión
Esta receta de costillas de cerdo en olla exprés es todo lo que necesitas para triunfar en casa sin complicarte. Con ingredientes sencillos, un proceso claro y un sabor espectacular, se convertirá en una de tus recetas favoritas para repetir una y otra vez. Perfecta para mojar pan, disfrutar en familia o llevar al trabajo en un tupper que hará que todos te pregunten la receta.
No olvides acompañarlas con un buen vino, comprar pan del bueno y dejar que la salsa haga su magia. ¿Te animas a prepararlas?